13 de julio de 2010

Por qué me quedo con madame Bettencourt?

Me quedo con la multimillonaria francesa porque no tiene nada que ver con la familia Betancourt, aunque los franceses crean que son primas lejanas.

Me quedo con la señora Bettencourt porque a pesar de vivir en el barrio más caro de París, como vivió Ingrid cuando pequeña, esta mujer nunca ha publicado un libro recalcando la plata que tiene ni de donde la ha sacado.

Porque a pesar de estar envejecida y medio sorda, madame Bettencourt guarda la gracia de una mujer generosa, que le tiene sin cuidado regalarle exorbitantes sumas de dinero a su amigo gay. Por el contrario, nuestra “madame” desconsiderada, desagradecida y oportunista, demanda a un país en guerra que sólo le ha dado motivos para estar orgullosa.

Me quedo con madame Bettencourt porque asume su condición de rica y famosa, no como otras “madames” de por aquí que, millonarias, buscan excusas, hacen reclamos innecesarios y confunden a un país entero con boberías y pucheros. Oui oui, mais non, Ingrid querida!

Me quedo con madame Bettencourt porque es una verdadera madame y no una princesa latina que siempre ha querido estar del otro lado del charco pero que, por su terquedad, su protagonismo y sus caprichos, le tocó quedarse de este lado del mundo durante seis años y en las peores condiciones.

Como dirían los parisinos en las calles que tanto has recorrido bendecida y adorada por miles de franceses que ni saben cuántos secuestrados quedan en la selva colombiana, casse-toi Ingrid, aquí no te necesitamos.

1 comentario:

verde3 dijo...

Comprensible la reacción, bella la redacción... le puse esto a Arias en su FB: "Lo interesante sería sondear si Ingrid fue importante para la gente durante el secuestro. La reacción colectiva generada puede ser (opuestamente) proporcional al respeto y honra en la que mucha gente como yo la tuvimos mientras estuvo en la selva. Quiero decir, la gente puede estar sintiendo que su figura simbólica traiciona la mediación de dicho símbolo, y eso puede ser tremendamente neurálgico. Ahí no cabrían refugios..." xo